WOLFE, Frances

WOLFE, FrancesAutores
 

Ilustradora canadiense. Bibliotecaria en Halifax. Vive en la costa de Nueva Escocia, en la misma casa donde ha vivido su familia desde hace varias generaciones. Dibujante desde niña, autodidacta, Donde yo vivo fue su primer álbum.


Donde yo vivo
Barcelona: Juventud, 2002; 32 pp.; trad. de Elodie Bourgeois; ISBN: 84-261-3230-8.

La niña que figura en todas las ilustraciones evoca distintas escenas del lugar donde vive, a la orilla del mar: una gaviota, los barcos que pasan, las nubes en el cielo, etc. La última escena es su casa.



Álbum atractivo, eficaz a pesar de (y quizás también debido a) ser algo edulcorado. Las dieciséis ilustraciones, todas a doble página, son óleos que recogen perspectivas espectaculares. A la vista de los encuadres y los recortes de las figuras todo parece indicar que, al menos en parte, han sido confeccionadas a partir de fotografías: una gaviota vista como a través de un zoom, un picado desde arriba de la niña remando en su bote, un primerísimo plano de su mano completamente llena de conchas marinas, una escena cercanísima de sus pies y manos bajo el agua e iluminadas por el sol… La autora ha buscado el impacto de cada ilustración en sí misma y se ha despreocupado de hilarlas gráficamente de algún modo: el único vínculo es la reiteración de la narradora cuando señala que son cosas que se ven y se disfrutan «donde yo vivo».

El texto, breve y con acentos afectuosos, es adecuado para ser leído en alto, aspecto éste más claro en la versión original. Aunque sin duda la historia puede ayudar a los chicos a valorar algunos aspectos de sus vidas cotidianas, a enseñarles a mirar con asombro alrededor y a lanzarles al descubrimiento de tantas cosas, los sentimientos que se intentan suscitar son más bien los de un adulto que recuerda (o cree recordar) cómo eran las cosas cuando era niño. La planificación falla en el diseño de las cubiertas: las sucesivas escenas desembocan en la última ilustración de la niña sentada en la playa y dibujando algo mientras se ve su casa se ve al fondo; pero esta imagen, que debería funcionar como una especie de revelación final, es la misma de la portada y se repite también en la página uno, con lo que no hay tal revelación para el lector.


5 julio, 2010
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