FERNÁNDEZ PAZ, Agustín

FERNÁNDEZ PAZ, AgustínAutores
 

Escritor español. 1947-2016. Nació en Villalba, Lugo. Perito industrial mecánico, estudió después Magisterio y Ciencias de la Educación. Profesor de lengua gallega. Empezó a publicar libros infantiles y juveniles en 1989. Falleció en Pontevedra.


Cuentos por palabras
Madrid: SM, 1999; 139 pp.; col. El Barco de Vapor, serie roja; trad. de Rafael Chacón; ISBN: 84-348-6422-3. Nueva edición en 2005; 128 pp.; ISBN: 978-8434864221 [Vista del libro en amazon.es]

Ocho relatos cortos, inspirados en anuncios por palabras y, por tanto, sobre asuntos cotidianos, aunque con ingredientes fantásticos.


Aire negro
Madrid: SM, 2001; 172 pp.; col. Gran Angular; trad. de Rafael Chacón; ISBN: 84-348-7785-6.

Víctor Moldes, psiquiatra joven, empieza su trabajo en una prestigiosa clínica tratando médicamente a Laura Novo, una chica que fue periodista y ahora sólo sabe redactar obsesivamente su nombre una y otra vez. Una terapia mediante textos literarios devuelve lentamente a la realidad a Laura que, por consejo de Víctor, va escribiendo su historia: estudios en el instituto, trabajo como periodista en Madrid, y reencuentro con su antiguo profesor en un pazo de Lugo alrededor del que suceden cosas extrañas.



Los relatos de Cuentos por palabras tienen estructuras distintas y en ellos predomina el humor. Al igual que otros autores gallegos, el autor confiesa con ellos su deuda con su paisano Alvaro CUNQUEIRO y sus memorables colecciones de pequeñas historias.

Diferente filiación tiene Aire negro: entre las numerosas lecturas que Víctor Moldes conoce y propone a Laura no están las historias de terror de LOVECRAFT, pues entonces se hubiera dado cuenta «fácilmente» de las dificultades de su enferma. Resultan tópicas las figuras de la periodista crítica que resulta despedida debido a presiones del gobierno y del joven profesor galleguista que congenia con los alumnos y acaba siendo expulsado del centro docente. También cabría objetar que la voz narrativa de Laura, cuando cuenta su versión de la historia, es muy semejante a la de Víctor, aunque sea él ciertamente quien tamiza lo que le cuenta ella. Son cuestiones menores, sin embargo, que por una parte proporcionan los pretextos para organizar el pasado de los protagonistas de modo que vuelvan a contactar cuando ha transcurrido el tiempo y la narración se termine armando con solidez, y por otra dan fluidez y unidad al relato. Y aunque quien haya leído a Lovecraft no se verá sorprendido por el final, sí apreciará la calidad con la que Fernández Paz ha sabido atrapar su modo de confeccionar historias con atmósferas de intenso temor donde prácticamente todo se sugiere y nada se muestra.

En otro nivel podríamos pensar que Aire negro plantea no tanto si existen o no seres tales como la Gran Bestia, ocultos en las profundidades, sino la endeblez de algunas teorías médicas para enfrentarse a determinados males. Una y otra vez, Laura confiesa su fe ciega en el doctor para curarse… Pero, como Carlos dice a Víctor, «¿y qué pasaría si todas esas teorías fuesen erróneas? […] ¿Qué ocurre si los mitos y creencias a los que usted se refiere no son una reminiscencia cerebral arcaica, como quiere Jung, sino la expresión poetizada de terrores innominados?». Al final, el mismo Víctor reconoce que, a veces, las teorías psiquiátricas en las que confiaba solo ofrecen «piadosas explicaciones, tan pobres y alejadas de la realidad como las de cualquier mitología».

Otros libros: Lo único que queda es el amor.


26 marzo, 2009
Imprimir

Comments are closed.