HARTE, Francis Bret

HARTE, Francis BretAutores
 

Escritor norteamericano. 1836-1902. Nació en Albany, Nueva York. Durante su juventud, en California, tuvo distintos oficios: minero, tipógrafo, empleado en una farmacia, aduanero, periodista. Fue nombrado cónsul en Alemania en 1877; se trasladó a Inglaterra en 1885. Falleció allí, en Chamberley, Surrey.


Cuentos del Oeste
Madrid: Espasa, 2001, reedición de un libro publicado en 1950; 230 pp.; col. Relecturas; trad. de León Mirlas, revisión de Alberto Marín; ISBN: 84-239-2638-9. Otra edición, titulada Cuentos del lejano Oeste, está en Barcelona: Alba, 2017; 320 pp.; col. Alba Clásica; trad. de Concha Cardeñoso; ISBN: 978-8490653524. [Vista del libro en amazon.es]

En la recopilación publicada por Espasa están doce de los cuentos más populares del autor, casi todos tomados de The Luck of Roaring Camp and other Sketches aunque algunos proceden de Mrs. Skagg’s Husbands and Other Stories, Selected Stories of Bret Harte o Tales of the Argonauts. Son: La suerte de Roaring Camp (1870), Mliss, Los desterrados de Poker Flat, Miggles, El socio de Tennessee, El idilio de Red Gulch, Brown de Calaveras, La ilíada de Sandy Bar, ¿Quién era mi tranquilo amigo?, El poeta de Sierra Flat, De cómo Santa Claus llegó a Simpson´s Bar, Wan Lee, el Pagano. En la recopilación publicada por Alba en 2017 hay dieciséis, diez de los anteriores y seis más.


Bloqueados por la nieve
Barcelona: Fontamara, 1981; 96 pp.; col. Rutas; trad. de Raimundo Laínez Nieva; ISBN: 84-7367-176-7; agotado.

Después de ser asaltada la diligencia en la que iba, John Hale azuza el valor de sus compañeros para perseguir a los atracadores. Una serie de incidentes conducen a éstos a la misma casa de Hale, que se quedará bloqueada por la nieve. Entretanto, Hale descubre que las cosas no son como él pensaba: ni los atracadores eran tan malos, ni los representantes de la ley tan buenos…



Harte, uno de los mejores cultivadores del cuento en EE.UU., marca el tránsito de los cuentos de POE y de HAWTHORNE a un tono y unos temas más realistas, aunque cae a veces en la sensiblería y en la teatralidad. Su especialidad son más los retratos que la acción, pero con sus relatos breves sobre la vida californiana, en los que suele dar la visión del forastero que llega a un mundo que le parece salvaje, contribuye a «fijar» imágenes y a crear la moderna novela de aventuras del Oeste: ciudades de los pioneros, inseguros viajes en diligencia, el sentido de la justicia en aquellos lugares lejanos…

Los relatos de la primera selección contienen magníficos textos descriptivos de paisajes y de personajes, comparten unos acentos irónicos y, a la vez, compasivos hacia los desamparados o despreciados por la sociedad, normalmente prostitutas o jugadores, que siempre acaban mostrando su buen corazón en momentos críticos. Y lo mismo se aprecia en Bloqueados en la nieve, novela un poco más larga que sus relatos habituales, donde Harte describe vastos horizontes «bajo el sol deslumbrador que hacía brotar chispas de la pizarra y el granito», dibuja bandidos que nunca cometieron una bajeza y nunca roban a los más pobres, habla de gentes que viven en casas preparadas para invasiones rápidas y huidas fáciles… Naturalmente, se nota su característico sentido del humor irónico y melancólico: «El acto criminal que queríamos castigar no era […] sino una manera audaz e irregular de recobrar el bien robado», dirá Hale cuando comprenda las cosas bien.

Hombres buenos o que imaginan serlo

En Varied Types, Chesterton hace un comentario sobre Bret Harte que abre indicando que fue americano y humorista pero que no fue un humorista típicamente americano: hace una serie de disquisiciones acerca de los distintos tipos de humor local e indica que el humor norteamericano es exagerado, mientras que Harte cultiva un humor analítico. Señala también que tuvo el don de reírse de las cosas y de reírse con ellas y que su gran triunfo consistió en que se dio cuenta de que las personas normales no se acaban convirtiendo en seres desalmados y cínicos sino que más bien llegan a ser gente sentimental y romántica. El ensayo de Chesterton termina con un comentario que bien pudiera estar en el origen de Un hombre bueno es difícil de encontrar, uno de los cuentos más famosos de Flannery O’Connor: en el lugar más salvaje y áspero de la tierra, Bret Harte vio con claridad que, aunque sea muy difícil encontrar un hombre verdaderamente bueno, es más raro todavía, raro hasta el punto de la monstruosidad, encontrar un hombre que no desee ser bueno o que no imagine que lo es ya.


16 octubre, 2008
Imprimir

Comments are closed.