BRONTË, Emily

BRONTË, EmilyAutores
 

Escritora británica. 1818-1848. Nació en Thornton, Yorkshire. Junto con sus hermanas Charlotte y Anne, publicó un libro de poemas en 1846, de los que los mejores son los suyos. Un año antes de morir terminó la que sería su gran novela, Cumbres Borrascosas, que pasó inadvertida en su tiempo pero a la que con el paso del tiempo mucha crítica considerará la obra más destacada de todas las escritas por las tres Brontë. Falleció en Haworth.


Cumbres borrascosas
Madrid: Anaya, 1998; 375 pp.; col. Tus libros; ilust. de Tino Gatagán; introd., apéndice y notas de Juan Tébar; trad. y notas de Almudena Lería; ISBN: 84-207-8448-6. Otra edición en Barcelona: Alba, 2001; 528 pp.; col. Clásica maior; trad. de Ángela Pérez y Carmen Martín Gaite; ISBN 10: 84-8428-118-3. Y otra edición en Madrid: Alianza, 2012; 432 pp.; col. 13/20; trad. de Rosa Castillo; ISBN: 978-84-206-6493-4.

Un gitano expósito llamado Heathcliff, es recogido por Hearnshaw, un hacendado rural, que lo educa junto a sus hijos Hindley y Catherine. Cuando muere Hearnshaw, Hindley manifiesta su desprecio hacia Heathcliff, pero Catherine le quiere. Pasa el tiempo y mientras poco a poco Heathcliff va ejerciendo un control tiránico de las vidas de todos, se suceden varios matrimonios, de Hindley, de Catherine, de Heathcliff, con sus vecinos los Linton, y de cada uno nace un hijo. El narrador es un inquilino, de nombre Lockwood, a quien le cuenta los sucesos Nelly, una criada que ha vivido muchos episodios de la historia y a la que le han contado los restantes.



La novela de Emily Brontë, como las primeras de sus hermanas Charlotte y Anne, fue publicada con un seudónimo que podría parecer masculino, pues sabían que los juicios críticos serían diferentes según cuál fuera el sexo del autor. En el caso de Cumbres Borrascosas esto fue más patente: determinados planteamientos que fueron pasados por alto al suponer que su autor era un hombre, fueron calificados de atrevidos al saberse que habían sido escritos por una mujer. En concreto, presentar un personaje byroniano tan bronco como Heathcliff; un tipo hipócrita como Joseph, una especie de mayordomo cuya «auténtica vocación consistía en hallarse allí donde abundara la iniquidad, y así poder reprocharla»; una mujer acosada y engañada como Isabella Linton, que procura desquiciar a su rival y conseguir que «su ira superara a su maldad»; una chica como Catherine Linton que, al ver en qué ambiente ha caído, aprende pronto «a encontrar placer en los males de sus enemigos»…

Pero además de la creación del clima tan singular que componen unas relaciones familiares ásperas y tensas hasta lo inhumano, y una naturaleza inhóspita y hostil, el atractivo de Cumbres borrascosas tiene también su fundamento en un modo de contar la historia poco común. Por un lado, como indica el escritor inglés Somerset Maugham, en esta historia los personajes no leen cartas sino epístolas, no envían cartas sino misivas, no salen de la habitación sino que dejan el aposento, no gritan sino que vociferan, no escuchan sino que atienden… Por otro, Emily Brontë demostró un atrevimiento notable al emprender una narración tan ramificada, dándole voz a un viajero que habla de lo que a él le cuenta una mujer a la que, a su vez, otros personajes le han hecho saber otras partes de lo sucedido. Y, sin embargo, tanto esa estilización del lenguaje tan artificiosa como las torpezas que se dan en la construcción acentúan extrañamente la violenta pasión que recorre la historia y consiguen atraer el interés de forma que, normalmente, a los lectores se les acaban pasando inadvertidos los fallos estilísticos y argumentales.

Nota:
—La cita de William Somerset Maugham está en el capítulo dedicado a Cumbres borrascosas en Diez grandes novelas y sus autores (Ten Novels and Their Authors, 1954). Barcelona: Tusquets, 2004; 375 pp.; col. Marginales Tusquets; trad. de Fabián Chueca; ISBN: 84-8310-932-8.


2 octubre, 2008
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