Escritor italiano. 1575-1632. Nació en Nápoles. Fue cortesano, soldado, comerciante, gobernador de territorios pequeños. Falleció en Giugliano, Campania.
El cuento de los cuentosPalma de Mallorca: Olañeta, 1992; 104 pp.; col. Érase una vez...; trad. y prólogo de Carmen Bravo-Villasante; ISBN: 84-7651-049-7; esta edición es una selección de 16 cuentos de los cincuenta que componen la obra original; entre ellos están
Cenicienta y
La Bella durmiente.
Una edición completa está en Madrid: Siruela, 2006; 472 pp.; col. Biblioteca de cuentos populares; trad. de César Palma; introducción de Benedetto Croce y epílogo de Italo Calvino; ISBN: 84-7844-992-2.
Recopilación de cincuenta cuentos, en dialecto napolitano, que su autor preparó a partir de fábulas populares de su región y que no dirigió a niños sino a un público adulto. Sus protagonistas son príncipes y princesas, hadas, ogros, animales, seres extraños, etc. En ellos se suceden situaciones ridículas y cómicas hasta la hilaridad, hay apariciones y metamorfosis de toda clase, se caricaturizan personajes y se realizan alusiones críticas a la sociedad del momento.
El cuento de los cuentos, o Pentamerón, se publicó póstumamente. Inspiró a PERRAULT y a los hermanos GRIMM, que consideraban esta recopilación la más rica. En el siglo XVII tuvo varias ediciones en el texto dialectal original, pero fue publicado por primera vez en italiano, y traducido a distintas lenguas, a mediados del siglo XIX. Tomando el folclore popular como fuente, Basile estructura sus cuentos al modo de los relatos orientales, pues todos están incluidos dentro de una historia marco, y usa un estilo barroco en el que «las metáforas, ora extravagantes, ora sutiles, se suceden sin tregua», según afirma en el prólogo Benedetto Croce, autor de una traducción al italiano que también es una recreación literaria en toda regla. El humor y el atractivo de la obra se basan en la exuberancia de adornos retóricos, en la proliferación de sentencias agudas, en los acentos folletinescos de algunos cuentos… De todos modos, hay en ellos un exceso de palabrería, además de que no faltan expresiones salaces y actos de crueldad. Por otra parte, a diferencia de relatos más o menos semejantes preparados para un público infantil, las conclusiones de los de Basile no son siempre positivas.
1 noviembre, 2006