SHELLEY, Mary Wollstonecraft

SHELLEY, Mary WollstonecraftAutores
 

Escritora inglesa. 1797-1851. Nació y falleció en Londres. Su nombre era Mary Godwin. Tuvo siempre complejo de culpabilidad porque, al nacer, falleció su madre Mary Wollstonecraft, una mujer brillante que fue pionera de las reivindicaciones feministas. Fue ávida lectora, frecuentó círculos intelectuales desde muy joven, recibió una formación roussoniana, liberal y atea. Fue la segunda esposa del poeta P. B. Shelley.


Frankenstein
Madrid: Anaya, 1991, 5ª ed.; 238 pp.; col. Tus libros; ilust. de Miguel Rodríguez Cerro; trad., notas y apéndice de María Engracia Pujals; ISBN: 84-207-3385-7. Nueva edición en Madrid: Austral, 2014; 288 pp.; col. Narrrativa; trad. de José C. Vales; ISBN: 978-8467039498. [Vista del libro en amazon.es]

El doctor Víctor Frankenstein logra crear una criatura dotada de razón cuyo aspecto exterior es deforme. Al no encontrar afecto ni siquiera en su creador, el monstruo siembra el terror.



Corta novela epistolar con acentos góticos, que se considera el primer relato de ciencia-ficción. En contraste con lo acostumbrado en la época, no es un relato lento, aunque se haga un poco pesado por la minuciosa descripción de lugares y ambientes. Con una clara voluntad de construir una novela «pagana», pues son numerosas las invocaciones a los espíritus y las estrellas, las nubes y los vientos, el interés de Mary Shelley no era fabricar un mero relato de miedo, sino subrayar algunas ideas de fondo. Una, buscar fines acertados para la búsqueda de la sabiduría humana: «Cuanto más me adentraba en la ciencia más se convertía en un fin en sí misma», dice Frankenstein. Otra, señalar a dónde conduce la falta de afecto en la educación: «Ningún padre había vigilado mi niñez, ninguna madre me había prodigado sus cariños y sonrisas, y, en caso de que hubiera ocurrido, mi vida pasada se había convertido para mí en un borrón, un vacío en el que no distinguía nada», dirá el monstruo. Como dice la escritora inglesa Muriel SPARK, Frankenstein es un logrado estudio de «la obsesión creciente de un alma extraviada por encontrarse a sí misma».

Nuevos hechiceros

En su análisis, la misma Muriel Spark señala que, ciertamente, la novela de Mary Shelley tiene defectos: se notan sus ansias de crear suspense, algunas situaciones son improbables, la cadena de acontecimientos no es del todo coherente, hay un cierto desequilibrio temporal entre unas partes y otras… Sin embargo, al mismo tiempo, la historia induce una básica suspensión de incredulidad y logra un efecto más terrorífico que cualquier novela gótica debido a a su estilo funcional, al uso de un lenguaje realista propio de un tratado científico, a que no se desperdician palabras dando vueltas en torno a lo que se cuenta, y a que su autora no recurre a las frases vagas tan propias del género del tipo «algo indefinible», «algo terrible», «algo casi sobrehumano»… Por otra parte, aunque la novela tiene un marcado carácter gótico, como corresponde al tiempo de su confección y a los gustos de Shelley, se la puede considerar con justicia como la culminación y el fin de la ficción gótica, pues en ella se combinan el gusto por lo sobrenatural y lo horrendo con una propuesta científica. Dicho de otro modo: los antiguos hechiceros dejan paso a cierta clase de científicos modernos…, que también son hechiceros.

Bibliografía:
Muriel Spark. Mary Shelley (1987). Barcelona: Lumen, 1997; 297 pp.; col. Palabra en el tiempo; trad. de Aurora Fernández Villavicencio; ISBN: 84-264-1251-3.


15 junio, 2006
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