MCCAUGHREAN, Geraldine

MCCAUGHREAN, GeraldineAutores
 

Escritora británica. 1951-. Nació en Enfield, North London. Estudió Educación. Trabajó durante años en una editorial. Desde 1988 ha publicado más de cien libros de distinta clase.


El tripulante de cometas
Madrid: Alfaguara, 2005; 274 pp.; col. Alfaguara juvenil; trad. de Mercedes Núñez Salazar; ISBN: 84-204-6776-6.

Siglo XIII, China. Antes de que un barco salga del puerto los hombres acostumbran a volar una cometa con un hombre sujeto a ella para probar el viento y para ver si los augurios son favorables. Al ir a despedirse de su padre, Haoyou, doce años, ve que uno de sus compañeros del barco, Di Chou, ha organizado las cosas para que le aten a la cometa y fallezca en la prueba. Y aunque Haoyou, ayudado por su prima Mipeng, impide que Di Chou consiga su objetivo de casarse con su madre, el tío abuelo Bo, el cabeza de familia, facilita que ambos terminen enrolados en el Circo Jade. Haoyou acaba siendo una de las principales atracciones del circo como tripulante de cometas y, en su viaje por China, acaba en la corte de Kublai Kan, el conquistador mongol que se ha hecho con el poder años antes.



Narración que discurre con ritmo rápido, en la que suceden muchas cosas, y en la que las descripciones están cuidadas. En particular, resultan atrayentes las escenas de vuelo de Haoyou, donde se relatan sus impresiones y las vistas que contempla: «el arrozal recordaba a un tablero de ajedrez; el pueblo, un puñado de peones capturados; el monasterio, la caja donde se guardaban las piezas. Pequeñas embarcaciones descendían por el río casi sin dejar estela, mientras que las que navegaban corriente arriba cortaban blancas cicatrices en forma de horquilla sobre la superficie del agua».

La escritora se ha preocupado también de que sus personajes tengan cierta densidad. Hace que Haoyou se gane al lector por su valentía y con su habilidad con las cometas, pero enseguida lo presenta como un chico que ha de aprender a valorar las cualidades humanas de los mongoles, gente a la que rechaza vivamente al principio; en la segunda parte del relato puede hasta resultar irritante por su arraigado sentido de la obediencia al cabeza de familia. Por el contrario, según avanza la historia gana peso Mipeng, una mujer joven detrás de cuyo «rostro con forma de cuchara» hay ideas propias y una personalidad fuerte, y Miao Jié, el elegante dueño del circo, que resulta ser un hombre con secretos de importancia y un comportamiento compasivo y audaz al mismo tiempo.

Otros relatos: No es el fin del mundo, Peter Pan de rojo escarlata.


17 mayo, 2006
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