SCHULZ, Charles

SCHULZ, CharlesAutores
 

Dibujante norteamericano. 1922-2000. Nació en Minnesota. Falleció en Santa Rosa, California. Estudió dibujo y arte por correspondencia. A su regreso de la segunda Guerra Mundial, empezó a trabajar como dibujante. Creó en 1948 a CHARLIE BROWN, conocido en España como Carlitos, para unas tiras de prensa. Pasaron a llamarse «Peanuts» en 1950 y, desde aquel año, Schulz publicó sus dibujos ininterrumpidamente hasta su muerte. Sus personajes fueron llevados a la televisión, convertidos en reclamo para toda clase de productos, y empleados para ilustrar toda clase de libros más o menos educativos. Al contrario que otros colegas, Schulz siempre trabajó en solitario y sin sufrir una excesiva tensión por tener que publicar constantemente. Cuando se le diagnosticó un cáncer en 1999, Schulz anunció que abandonaba a su personaje, y falleció la noche anterior a que se publicase su última tira.


CARLITOS Y SNOOPY
Son muchos los cuadernillos o libros con tiras de Carlitos y sus amigos. No conozco ninguno que recoja una antología de las mejores.
Una edición que, aunque poco cuidada y sin referencias cronológicas, contiene tiras de su primera época es El gran libro de Charlie Brown (1965); Barcelona: El Aleph, 2004; introd. de Umberto Eco; trad. de Ana Mata Buil; ISBN: 84-7669-641-X.
Los primeros cuadernillos de las tiras publicadas desde 1981 son: 1. ¡Qué grande eres!, 2. ¡Somos tus amigos!, 3. ¿Cuál es tu secreto?, 4. Cuida a Snoopy, 5. Estás en forma, 6. Carlitos y su pandilla, 7. Genio y figura, 8. Carlitos da en el clavo, 9. No sueñes despierto, 10. Eres fantástico. Barcelona: Junior-Grijalbo, de 1988 en adelante; 96 pp.; trad. de Josep Portella; ISBN: 84-7419-306-0, 84-7419-344-3, 84-7419-371-0, 84-7419-429-6, 84-7419-455-5, 84-7419-469-5, 84-7419-489-X, 84-7419-525-X, 84-7419-572-1, 84-7419-598-5.

En un barrio residencial de una ciudad norteamericana vive Charlie Brown, Carlitos, un chico tímido con complejo de perdedor, al que le gusta mucho el béisbol. Con él vive su hermana menor Sally, autoritaria y egoísta; y su perro Snoopy, imaginativo y soñador, que se transmuta con frecuencia en un aviador de la primera guerra Mundial, o en escritor, o en abogado… Otros compañeros y amigos de Carlitos son: Linus, inseguro y temeroso; su hermana mayor Lucy, enamorada de Schroeder, un chico entusiasta de Beethoven que siempre está tocando el piano; Marcia, ordenada y responsable; Patricia, Peppermint Patty, mala estudiante; Franklin, un chico negro… Otros animales son: Woodstock, Emilio en España, un pájaro amigo de Snoopy; y Spike, un hermano de Snoopy que vive lejos y tiene una serie particular.



Dentro de las tiras cómicas de los periódicos, siempre hubo una veta intelectual, en forma de reflexiones sobre la vida cotidiana, incluso con acentos poéticos, deudora del KRAZY KAT de George HERRIMAN. En esa línea trabajó Schulz, con la peculiaridad de que siempre retrató un universo exclusivamente infantil, pues todos sus personajes son niños y animales domésticos, aunque sus inquietudes y preocupaciones son a menudo las de los adultos. En sus varias décadas de vida, sus personajes se han enriquecido y en sus vidas han ido entrando nuevos amigos, siempre niños y animales.

Entre los autores de cómic que optaron por la simplificación gráfica y empezaron a realizar dibujos sin perspectiva para conseguir una mayor expresividad, Schulz es quizá el más influyente. Sus dibujos, como sus textos, son engañosamente sencillos pues no es nada fácil sintetizar con tanta exactitud rasgos psicológicos tan distintos. Su humor funciona en un nivel infantil, cuando por ejemplo trata sobre incidentes escolares o recoge momentos cotidianos en que las cosas salen mal; o en un nivel intermedio, al reflejar el mundo interior de deseos, sueños, temores y frustraciones del niño, pero también para que los recuerde el adulto; o, en un nivel estrictamente adulto, cuando las situaciones o los comentarios ilustran problemas psicológicos de mayores, como la afirmación de Carlitos sobre que «los años son como las chocolatinas: cada vez son más caros pero más cortos».

En la gran mayoría de sus tiras, Schulz no pretende tanto hacer reír como recoger sentimientos simples, siempre ambiguos y que inciden en la frustración, el desconsuelo, la perplejidad, la decepción… Suele predominar una sensación de fatalidad, bienhumorada y tierna, de que las cosas nunca van bien o, si van, que algo se te está olvidando y no tardarán en estropearse. Se podría decir que cada tira es como una pequeña loseta de un mosaico cuyo dibujo va emergiendo a través de distintas series, y cuyo conjunto describe la frecuente dificultad o incapacidad de niños y adultos para discernir y encauzar los sentimientos. En el prólogo a El gran libro de Charlie Brown, citado arriba, Umberto Eco señala que si «poesía es individualizar personajes típicos en circunstancias típicas», y si «poesía es hacer brotar de los acontecimientos cotidianos, que solemos identificar con la superficie de las cosas, una revelación que nos haga llegar al fondo de dichas cosas», Schulz es un gran poeta. Se podría decir lo mismo de otro modo: que Schulz renueva nuestra mirada cuando nos enseña que muchas cosas ordinarias que un adulto considera banales para un niño poseen novedad y grandeza.

Con cada serie, Schulz va mostrando el modo de ser de los personajes: por medio del mundo imaginativo de cada uno; en el comportamiento en casa, en clase, en el juego…; en las relaciones entabladas entre hermanos, entre amigos-chicos, entre amigas-chicas, entre chicos y chicas… La elección de una u otra serie como la mejor no se funda tanto en criterios objetivos como en gustos y circunstancias personales. A mí me parecen especialmente jugosas: las que expresan el complejo de perdedor de Carlitos; las de la imaginación desatada de Snoopy; las reflexiones sobre la vida que cruzan Carlitos y Linus; las escenas del amor de Lucy por Schroeder; las de conversaciones de clase entre Marcia y Patty… Y, puestos a manifestar preferencia por algunas, la serie de cartas de amor de Snoopy («Querida mía, sin ti, los días se me hacen interminables…, los días parecen semanas…, las semanas, meses…, los meses, años…, los años, siglos…, los siglos… Ya te haces a la idea, ¿no?»); y la de las tensiones entre Carlitos y Sally (Sally: —Me pregunto si querrías hacerme los deberes… Sally: —Si me los haces, te estaré eternamente agradecida… Carlitos: —Eso lo dudo. Sally: —¿Y si te estoy agradecida un par de días?)…


9 febrero, 2006
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