En 1965, cuando le dieron el Premio Lessing de la ciudad de Hamburgo, Hannah Arendt decía: «un honor nos da una gran lección de modestia, puesto que implica que no nos corresponde juzgar nuestros propios méritos». Y seguía: «Con respecto a los premios, es el mundo quien tiene la palabra y, si aceptamos el premio y expresamos nuestra gratitud por él sólo podemos hacerlo ignorándonos a nosotros mismos y actuando plenamente dentro del marco de nuestra postura ante el mundo, un mundo y un público al que debemos el espacio en el que hablamos y en el que se nos escucha. Sin embargo, el honor no sólo nos recuerda con énfasis la gratitud que debemos al mundo; también nos hace contraer un alto grado de responsabilidad con él».
Teresa Gutiérrez de Cabiedes. El hechizo de la comprensión: vida y obra de Hannah Arendt (2009). Madrid: Encuentro, 2009; 454 pp.; prólogo de Alejandro Llano; ISBN: 978-84-9920-002-6.