
En los últimos meses han proliferado todo tipo de obras con la buena intención de acercar el Quijote a los niños que aún no he tenido tiempo ni ganas de mirar: dejaré que vayan decantándose las cosas. Sí he leído Brandabarbarán de Boliche, de Ramón García Domínguez, un relato sobre la infancia de don Quijote que me ha parecido valioso y me ha resultado simpático. Una segunda edición se ha publicado sólo con el subtítulo de la primera, Aventuras y desventuras de Alonsico Quijano: los editores han debido pensar que Brandabarbarán es una palabra muy complicada.
7 junio, 2005