Atmósfera irrespirable

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Atmósfera irrespirable

Natalia Ginzburg: «El hombre no puede hacer otra cosa que aceptar su propia cara del mismo modo que no puede hacer otra cosa que aceptar su propio destino; la única elección que le está permitida es la elección entre el bien y el mal, entre lo justo y lo injusto, entre la verdad y la mentira. Las cosas que nos dicen aquellos a quienes recurrimos para que nos psicoanalicen no sirven porque no tienen en cuenta nuestra responsabilidad moral, la única elección que se le permite a nuestra vida; quienes hemos ido a que nos psicoanalicen sabemos bien que aquella atmósfera de efímera libertad de la que se gozaba al vivir según nuestro puro placer, era una atmósfera enrarecida, no natural, en definitiva, irrespirable».

Natalia Ginzburg. «Silencio», Las pequeñas virtudes (Le piccole virtú, 1962, 1983). Barcelona: El Acantilado, 2002; 164 pp.; trad. de Celia Filipetto; ISBN: 84-95359-66-9. [Vista del libro en amazon.es]

 

1 diciembre, 2013
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