Ilustradora japonesa. 1966-. Nació en la provincia de Hyogo. Estudió Arte Arte en la universidad de Tokio. Trabajó en el mundo de la moda antes de dedicarse a ilustrar y escribir libros infantiles.
Un globo tan bonito como la lunaBarcelona: Corimbo, 2005; 36 pp.; trad. del francés de Rafael Ros; ISBN: 978-84-8470-199-9.
Akiko tiene un globo pero se le escapa, por lo que su madre le ata una cuchara. Pero con el viento se le va y acaba encima de un árbol, donde su madre no puede recuperarlo, aunque le promete que, al día siguiente, conseguirá una escalera…
Cuando deje de nevarBarcelona: Corimbo, 2006; 32 pp.; trad. del inglés de Margarida Trias; ISBN: 84-8470-097-6. [
Vista del libro en amazon.es]
Los protagonistas son conejos humanizados. Como hay una gran nevada la guardería está cerrada. Todo el álbum se pasa con la madre y el hijo viendo nevar, jugando luego con la nieve, y esperando la noticia de que los vuelos de avión se reanuden para que el padre pueda volver.
En el pradoTexto de Yukiko Kato. Barcelona: Corimbo, 2013; 24 pp.; trad. de Fina Marfá; ISBN: 978-84-8470-480-5.
Una niña que va con su familia al campo y, en un momento dado, entra en un prado y se queda fascinada por lo que ve… Hasta que se encuentra perdida.
La pequeña AnaBarcelona: Corimbo, 2014; 32 pp.; trad. de Macarena Salas; ISBN: 978-84-8470-482-9. [
Vista del libro en amazon.es]
La pequeña Ana se despierta por la noche mientras su hermana mayor duerme. Va a la cocina y toma unas cerezas. Siente la soledad por lo que se pone a jugar en la cama con su caja de música, su cuaderno…
Relatos con encanto, tanto en sus tramas mínimas como en las pictóricas ilustraciones que las cuentan. Las figuras son realistas: suelen tener los rostros más perfilados y unos ademanes expresivos que, unidos a los diálogos, transmiten bien las emociones de las historias. El hecho de que los colores siempre sean un poco desvaídos y que los dibujos sean un tanto abocetados centra la atención del lector en las pequeñas protagonistas. Está cuidada la composición de las escenas, que casi siempre se presentan en recuadros con bordes redondeados. Una excepción está en En el prado, donde, salvo las ilustraciones de presentación y del final, todas las demás son a doble página y a sangre, tal vez para dar idea de cómo la niña se ha metido de lleno en el prado, fascinada. Son muy pocas las palabras que usa el narrador y que se intercambian en las conversaciones, algo que contribuye también a la sensación de naturalidad que dejan estas historias.
27 octubre, 2014