Ilustrador norteamericano. 1941-. Nació en Norwalk, Connecticut. Estudió Diseño. Profesor de pintura y grabado. Desde que comenzó su carrera como ilustrador en 1981, ha ilustrado más de cien álbumes, unos para otros escritores y otros con texto propio.
The day Jimmy´s Boa Ate the WashTexto de
Trinka H. Noble. Nueva York: The Dial Press, 1980; 32 pp.; ISBN: 0803717237. [
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Hay versión en español titulada
El día que la boa de Jimmy se comió la ropa; Nueva York: The Dial Press, 1997; trad. de Rita Guibert; ISBN: 0803720351.
Una niña le dice a su madre cómo fue la excursión que hizo con toda la clase a una granja: encima de la vaca cayó un montón de heno, debido a que, mientras conducía el tractor, el granjero se despistó al ver a los cerdos entrar en el autobús escolar, que fueron allí a comer la comida de los chicos, porque hubo antes una batalla entre los chicos en la que usaron las espigas de maíz que tenían los cerdos para comer, porque a los chicos se les habían terminado ya los huevos con los que habían empezado la pelea, que comenzó cuando Jimmy sacó su boa y, al espantarse las gallinas, una dejó caer un huevo en la cabeza de Jenny, y Jenny entonces tiró un huevo a Tommy porque pensó que había sido él, pero Tommy se agachó y el huevo le pegó a Marianne, y entretanto la boa se fue hacia el colgadero de ropa de la mujer del granjero…
Historia efervescente y chistosa, sin más objetivo que divertir, aunque, para el estudio de la técnica narrativa propia de los álbumes, es un ejemplo poco habitual de superposición de puntos de vista: el del narrador del álbum, el de la niña narradora dentro de la historia, y el de la madre que oye la historia que le cuenta su hija; y cada uno de los tres se compone a su vez de lo que afirma el texto y lo que muestran las imágenes. Las ilustraciones son dibujos a tinta llenos de color y de acción que se multiplica en multitud de detalles y en pequeñas subtramas al margen del argumento principal (por ejemplo, es la boa quién se asusta de los niños). Las expresiones de los protagonistas son exageradas, como es habitual en un relato que cuenta una historia increíble. Además, la gracia surge del contraste de ver a la madre poniendo caras de asombro y susto mientras la niña va contando las cosas como si fueran incidentes de todos los días, al mismo tiempo que se va poniendo traje y casco para, como se verá en la última escena, salir en una especie de kart con su amigo Jimmy. Y, cuando la madre le dice que parece haber sido todo muy emocionante, la niña comenta, «bueno, quizá sí, si eres de las personas a las que les gusta una excursión del colegio a una granja».
20 julio, 2009