Seudónimo del dibujante suizo Claude de Ribaupierre. 1944-. Nació en Tour-de-Peilz. Trabajó con PEYO en Bélgica y fue dibujante de la revista Spirou antes de comenzar su colaboración con JOB para publicar YAKARI, donde despliega sus dotes como paisajista y su talento para describir visualmente toda clase de animales
Excepto Yakari y Nanabozo, que tiene una componente onírico-mágica particular y es visual e imaginativamente el álbum más destacado de los que se citan, el guión de las demás aventuras de Yakari es sencillo. El número de personajes es pequeño y no intervienen más que en algunos álbumes: una niña, Arco Iris, y otro niño de la misma edad, Semilla de Bisonte, animales como los castores Milgritos (Mil Bocas en la edición de Norma), Tilito (Tilo) o Diente Doble (Doble Diente). Las historias están bien narradas e inciden en mensajes claros y positivos: de amistad, de generosidad, de tenacidad, de tolerancia y, sobre todo, de amor a la naturaleza. En cada una, los autores se dedican a un animal concreto de la fauna americana, siempre más grande que Yakari. Son narraciones gráficamente bien contadas, que recurren frecuentemente a grandes panorámicas muy vistosas.
Los relatos tienen un punto de realismo: entre los indios del poblado de Yakari los hay que no se comportan bien, por locura o por maldad, como Lobo atormentado, en Yakari en el país de los lobos; y, aunque a veces los animales actúan de modo juguetón y cómico, y muy inteligente en el caso de Hijo del Trueno, la mayoría de las ocasiones se comportan como cabría esperar, sean castores, osos, lobos, coyotes, bisontes… Además, por supuesto que los animales comen animales: en Yakari y el extranjero, que es un pelícano que aparece desorientado y enfermo entre los castores, lo alimentan de peces entre todos a base de bien. Y, naturalmente, cuando se trata de métodos educativos de los pequeños, entre ellos están bien vistos los sistemas más tradicionales y probados: en Yakari y los castores, Mil Bocas da una notable azotaina en público al pequeño Tilo por una gran travesura y nadie alrededor pestañea.