MURCIANO, Carlos

MURCIANO, CarlosAutores
 

Escritor español. 1931-. Nació en Arcos de la Frontera, Cádiz. Perito, profesor e intendente mercantil. Premio Nacional de Poesía 1970.


Las manos en el agua
Barcelona: Noguer, 1997, 9ª impr.; 144 pp.; col. Mundo Mágico; ilust. de Fuencisla del Amo; ISBN: 84-279-3337-1. Nueva edición en Barcelona: Planetalector, 2011; 152 pp.; col. Cometa +10; ISBN: 978-8408099055. [Vista de la última edición en amazon.es]

Mudy, una niña de ocho años, vive unos meses en la casa de campo de su abuela, donde conoce al leñador Pedro, amigo de todos los pájaros, que le regala una piña de plata con poderes mágicos. Cuando Mudy fue al río, «la piña rodó por el suelo y Mudy hundió, lentamente, las manos en el agua. Y el agua se abrió, se hizo a ambos lados, igual que cuando se descorre una cortina»… A partir de aquel día, Mudy entra repetidas veces por ese corredor azul.


El mar sigue esperando
Barcelona: Noguer, 2002, 11ª impr.; 107 pp.; col. Cuatro Vientos; ISBN: 84-279-3139-5. Nueva edición en 2008; col. Noguer histórico; ISBN: 978-8427931398. [Vista de la última edición en amazon.es]

Néstor, un meditabundo chico de catorce años, vive con sus padres en un pueblo pesquero. Su padre, pescador, fallece en el mar, y a Néstor le resulta difícil aceptar su muerte. Además, su madre enferma y él debe trasladarse a una ciudad interior a vivir con sus tíos. Pero Néstor siente una gran añoranza del mar y de su música.


La niña enlunada
Madrid: SM, 1988; 26 pp.; col. Cuentos de la torre y la estrella; ilust. de Asun BALZOLA; ISBN: 84-348-2301-2.

Marita es una niña hiperactiva en su vida ordinaria y también en sus sueños. En ellos, las noches de Luna bajaba al jardín y corría aventuras con la Enana Blanca, el Capitán Seleno, el Unicornio de Nieve…, y sobre todo con los bondadosos coralobenios, niños que un día habían vivido en la tierra y ahora vivían en la luna. Hasta que cumple siete años…


Poemas de Carlos Murciano
Cuatro libros:
—La bufanda amarilla (1988). Madrid: Escuela Española, 1989, 2ª ed.; 52 pp.; col. Caballo de Cartón; ilust. de Alicia Cañas Cortázar; ISBN: 84-331-0434-9; agotado. Hay otra edición, que contiene también Don Abecedario, en Madrid: SM, 1994, 3ª ed.; 95 pp.; col. Catamarán; ilust. de Ángel ESTEBAN; ISBN: 84-348-4342-0. Y otra edición posterior en Madrid: Hiperión, 2004; 60 pp.; col. Ajonjolí; ilust. de Alejandra Fuenzalida; ISBN: 84-7517-784-0.
—La niña calendulera (1989). Madrid: SM, 1989; 26 pp.; col. Cuentos de la torre y la estrella; ilust. de Tino Gatagán; ISBN: 84-348-2726-3; agotado. Hay otra edición, que contiene también Don Abecedario, en Madrid: Hyperion, 2003; 72 pp.; col. Ajonjolí; ISBN: 84-7517-769-7.
—Un ave azul que vino de las islas del sueño (1996). Madrid: Hiperión, 1997; 77 pp.; col. Ajonjolí; ilust. de Fernando Gómez; ISBN: 84-7517-509-0.

Libros que contienen poemas de distinta clase: romancillos, canciones… El autor demuestra su dominio del verso, que siempre usa con gracia, sutileza y buen humor, como por ejemplo en este breve poema de la colección de La bufanda amarilla, titulado Duna: «Bajo la luna de marzo / el desierto se ha tendido / como un camello cansado». Además, los poemas tienen un lenguaje rico, en los que abundan rimas musicales y se crean nuevas palabras sonoras, como en La niña calendulera, que comienza con «La niña calendulera / tiene un caléndulo cándilo / y lo guarda en una jaula / cerrada con un candámbigo…».



En el prólogo a uno de sus libros de poesías para niños el autor dice, a un posible lector, que «con que sólo un verso de este libro se te quede en la memoria me daré por satisfecho». Su deseo principal es, por tanto, estimular la sensibilidad poética de los niños, algo que también busca en el álbum La niña enlunada —con ilustraciones semejantes a las de MUNIA— y en las dos obras de narrativa citadas, dos líricos y evocadores relatos. Merece destacarse la edición en álbum, hoy agotada, de La niña calendulera con unas ilustraciones cálidas, de un realismo ensoñado, de Tino Gatagán.

Las manos en el agua es un relato a lo Alicia, con multitud de referencias literarias y frecuentes trabalenguas. Mudy encuentra en el corredor azul personajes a cual más singular: el pez antorcha, zorros plateados, arañas negras con vocecitas peludas, Alicia y un enano amarillo, Ofelia y el cisne, Negranieve y los siete gigantes…

En El mar sigue esperando, más sencilla y lineal, evocadora y sentimental, parece faltar una esperanza sólida: «Hay otros mundos, pero están en éste», es el consejo que Néstor recibe de su maestro cuando muere su padre. Sólo le queda la nostalgia de un mar que, desde niño, «había sido para Néstor hogar y recreo, lugar de aprendizaje y de juego, sitio para la soledad y para la compañía»… Y, en la lejanía, Néstor piensa en su madre, «y comprendió que ella, delicada y tierna, y el mar, poderoso y terrible, eran la misma cosa: lo que no cambiaba, lo que aguardaba siempre, lo que amaba más». Sobresale, desde luego, la riqueza del lenguaje, en el que no faltan metáforas visuales como la del tren como «un gran gusano humeante», ni las palabras musicales que gustan tanto a la prima de Néstor, Marcia, cuya afición es coleccionar «palabras de esas que te llenan la boca, como si chupases un caramelo»: lapislázuli, albórbola, tambarimba…


3 junio, 2008
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