Escritora alemana. 1960-. Fue enfermera. Luego estudió historia medieval y tecnología de la información. Publicó su primera novela infantil el año 2002, a la que seguirían dos secuelas más. Con Mimus, la cuarta, ha obtenido importantes premios.
MimusMadrid: Anaya, 2007; 512 pp.; trad. de Moka Seco Reeg; ISBN: 978-84-667-6291-5.
Edad Media. Los reinos de Monfiel y Vinland están combatiendo entre sí desde hace años. El rey Teodor de Vinland logra engañar y atraer a su castillo de Belingar al rey Filipo de Monfiel y a su hijo y heredero Florín, de doce años. A Filipo y sus nobles los encierra en las mazmorras pero a Florín lo pone bajo la tutela de Mimus, el bufón, para que actúe también como tal y advirtiéndole además de que su padre será castigado si hace cualquier intento de huir.
Novela tensa y bien contada. Con calma, el narrador va presentando a los personajes con los que se relacionan Mimus y Florín, tanto los miembros de la corte de Teodor como los demás habitantes de Belingar. Toda la historia está centrada en la relación entre bufón y discípulo, y en las actuaciones de ambos ante la corte con su despliegue de adivinanzas, juegos de palabras y canciones picarescas de corte y de cuartel.
Aunque hay puertas que parecen ir abriéndose lentamente para Florín, pues se hace amigo de un mozo de cocina, entabla relaciones relativamente amistosas con el carcelero, e incluso la hija de Teodor le llama para que la entretenga, se ve que al final sólo importará de verdad lo que haga Mimus. La autora no describe combates, ni siquiera los del asalto último, momento en el que de nuevo colocará el foco en un combate dialéctico a varias bandas donde brillará la sabiduría del bufón para señalar la estupidez de continuar la cadena de represalias y venganzas.
La novela podría estar más condensada pues algunas escenas intermedias no añaden nada significativo y tampoco los sueños premonitorios que tiene Florín son verdaderamente relevantes. También hay cosas que no quedan del todo explicadas, como la relación de Mimus con Teodor (aunque tal vez una continuación, que no hace falta, lo aclare). Con todo, el relato es destacable y podría compararse con Carta al Rey de Tonke Dragt por la época y los escenarios y los acentos con los que se presenta esta particular Edad Media, aunque no tiene su calidad ni su dinamismo de aventura clásica.
13 febrero, 2008