SELZNICK, Brian

SELZNICK, BrianAutores
 

Escritor norteamericano. 1966-. Nació en East Brunswick, Nueva Jersey. Graduado en Diseño. Ilustrador y autor de varios libros.


La invención de Hugo Cabret
Madrid: SM, 2007; 533 pp.; trad. de Xohana Bastida; ISBN: 978-84-675-2044-6. [Vista del libro en amazon.es]

París, años treinta. Hugo Cabret, de doce años, vive oculto en la estación de tren de París, donde se ocupa del mantenimiento de los relojes sin que nadie se dé cuenta y se las arregla para sobrevivir robando comida donde puede. Esto sucede porque Hugo sabe que lo echarán si se descubre la desaparición de su tío, el anterior mantenedor de los relojes, con quien vivía desde la muerte de su padre. Además, Hugo conserva los planos de un autómata que su padre deseaba poner en marcha e intenta descubrir cómo hacerlo funcionar de nuevo.


Maravillas
Madrid: SM, 2012; 640 pp.; trad. de Ana H. de Deza; ISBN: 978-84-675-5702-2. [Vista del libro en amazon.es]

Libro con dos partes y dos hilos narrativos. En la primera parte, uno de los hilos se cuenta con palabras —después de unas iniciales dobles páginas consecutivas de imágenes de unos lobos cada vez más cerca—, y se sitúa en junio de 1977 en Gunflint Lake, Minnesota: su protagonista es Ben, un chico cuya madre ha fallecido, que además se queda sordo, y que descubre una pista sobre quién fue su padre cuando, entre las pertenencias de su madre, tropieza con un libro titulado Maravillas, acerca de la historia de los museos y publicado por el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York. El segundo hilo se desarrolla sólo con imágenes a doble página y tiene lugar en Hoboken, Nueva Jersey, en octubre de 1927: sigue las desventuras de Rose, una chica sordomuda que colecciona recortes de prensa de una actriz famosa. La segunda parte comienza cuando tanto Rose como Ben llegan al Museo de Historia Natural de Nueva York, una en busca de su madre y el otro en busca de su padre; de nuevo la parte de Ben se sigue con palabras y la de Rose con imágenes hasta que ambas confluyen. El punto final cronológico es el 13 de julio de 1977, día en el que hubo un apagón en Nueva York.



Libros, que más bien deben ser calificados de novelas gráficas, pues alternan tramos cortos de texto con imágenes que narran los hechos al modo de un storyboard cinematográfico. Con esta forma de construir los relatos el autor consigue: gustar a lectores reticentes, pues los tramos con imágenes que se suceden, según pautas muy cinematográficas, introducen muy rápido en la historia; dejar a los lectores primerizos la satisfacción de haber sido capaces de terminar libros largos (aunque la verdad es que no lo son tanto pues, en el mayor, que es el segundo, aparte de que son 460 las páginas con ilustraciones, en las que contienen la narración con palabras a veces sólo hay dos o tres párrafos); interesar a los jóvenes en la historia, pues entrelazan bien presente y pasado para señalar cómo lo que ocurre hoy tiene sus raíces en lo que sucedió ayer.

La fuerza principal de ambos relatos está en la calidad de los dibujos a carboncillo, de gran calidad y bien secuenciados, que ahorran a los lectores muchas descripciones ambientales que les podrían resultar plúmbeas. El defecto mayor es que la parte literaria no es del todo consistente pues los argumentos son un tanto dickensianos, tanto en los dramas personales que se plantean como en las coincidencias que facilitarán desenlaces felices, y las motivaciones de por qué los personajes actúan de un modo u otro no están del todo claras. En cualquier caso, es apropiado que las ilustraciones sean en blanco y negro, pues esto va de acuerdo con las épocas que se ilustran y comunica un cierto carácter documental a las dos historias.

La invención de Hugo conecta con los sueños de un lector niño-joven de llevar una vida secreta y de tener unas habilidades particulares; recoge la fascinación propia del cine de los comienzos y aviva la curiosidad acerca de los pioneros del cine y, en particular, de Georges Méliès. Maravillas da también información de todo tipo al lector: aspectos de la vida natural, el lenguaje que usan los sordos, el valor y el interés que tienen los museos, etc. La ciudad de Nueva York y el Museo del argumento tienen un gran protagonismo: en este sentido la novela es deudora, pues contiene referencias a ella en los nombres y en los escenarios, de un libro infantil norteamericano muy popular: From the Mixed-Up Files of Mrs. Basil E. Frankweiler, de E. L. Konigsburg.

Además, una cualidad que conviene subrayar es que ambos relatos han de disfrutarse como libros, pasando las páginas una tras otra; e incluso se podría decir que son libros que hay que disfrutar en papel. Por supuesto, ambas historias se pueden contar de otros modos, pero ni mucho menos tendrán igual impacto emocional que conocerlas tal como han sido construidas, dejándose llevar por el paso de página, teniendo que volver atrás para mirar los detalles, etc.


9 enero, 2008
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