En un libro hace tiempo agotado explica Schumacher (no Michael sino el autor de Lo pequeño es hermoso), que si el verdadero arte es un intermediario entre la naturaleza ordinaria del hombre y sus potencialidades superiores, atesorar arte únicamente por su belleza significa errar el tiro. Del mismo modo, sigue, leer las grandes obras de la literatura «simplemente como literatura —incluso la Biblia— como si su propósito primordial fuese la poesía, la imaginación y la expresión artística con un empleo especialmente acertado de palabras y símiles, es convertir lo sublime en trivial». E. F. Schumacher. Guía para los perplejos (A Guide for the Perplexed, 1977. Madrid: Debate, 1981; 206 pp.; trad. de Guillermo Saiz-Calleja; ISBN:... Leer más
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