En los dos primeros álbumes se aprecian semejanzas con los de otros diseñadores tan relevantes como Leo LIONNI [1] o Paul RAND [2], aunque por edad seguramente la influencia vaya más de Munari a ellos que al revés. Los dos son álbumes magníficos, de los que soportan bien el paso del tiempo porque unen calidad gráfica con unos contenidos bien pensados y bien presentados. Los dos son amables en sus contenidos, y elegantes y vistosos en su composición. Las ilustraciones son acuarelas, con mucho espacio en blanco sobre el que resaltan las figuras, que se ven con sus texturas propias como si en algunos casos estuvieran confeccionadas a partir de fotos recortadas. Los textos son sencillos y, en algún momento, bromistas, como el de «Vertical Violet Violin» en la V, o el comentario acerca del pijama rayado de la cebra.
Nella notte buia (En la noche oscura) y Nella nebbia di Milano (En la niebla de Milán) son dos álbumes pioneros en el uso de muchos recursos gráficos y editoriales. Son también memorables por la forma en que juegan con las distintas texturas del papel y por su extraordinaria y cuidada composición. Con sus capítulos hechos con hojas de papel vegetal los dos enseñan cómo conseguir efectos de confusión y de mezcla de planos propios de la niebla, en la realidad, y cómo Munari se adelantó a los efectos de capas a los que nos han acostumbrado los programas de retoque fotográfico de los últimos años. El mismo recurso del papel vegetal sirve para que podamos «leer» la historia por un lado y por otro de la página, pues la mirada funciona bien en ambos sentidos; se puede observar cómo, en el segundo de los álbumes, tanto la impresión de algunas palabras de texto como de algunas figuras, en algunas de esas páginas, están justo en donde no estorban para conseguir ese efecto. El recorrido por la cueva, del primer álbum, resulta sorprendente: cada página es una sorpresa. Lo mismo se puede decir del tramo del circo del segundo álbum: todos los troquelados funcionan al derecho y al revés de forma que cada página y cada doble página pide al lector que se detenga pues es como si contasen varias historias al mismo tiempo.
Otro libro al que puso ilustraciones: La tarta voladora [3], de Gianni RODARI [4].
Otros libros: Nunca contentos, Buenas noches a todos, El ilusionista amarillo, El vendedor de animales, [5]Historia de tres pajaritos [5].