- Bienvenidos a la fiesta - https://bienvenidosalafiesta.com -

Ensayos stevensonianos (3)

En relación a los escritores, Stevenson [1] admira mucho a su compatriota Walter Scott [2], al que califica como el rey de la novela. Indica sus cualidades y defectos —excelente en momentos románticos, descuidado y flojo en otros puntos, personajes escoceses buenos pero rasgos estereotipados en otros— y da una clave importante para comprenderlo: «del mismo modo que sus libros son un juego para el lector, eran un juego para él. Le gustaba evocar el ambiente de la novela, pero no tenía paciencia para describirlo. Era un gran soñador, alguien que tenía visiones pertinentes, hermosas y humorísticas, pero no un gran artista; no era, en el sentido valiente, un artista en absoluto. Se complacía a sí mismo y del mismo modo nos complace a nosotros. Los placeres del arte los conoció plenamente, pero nunca un hombre conoció peor sus esfuerzos y sus vigilias y sus inquietudes. Un gran novelista, un niño perezoso».

De Dumas [3] dice que sus relatos, como mucha literatura popular, no eran fieles a lo que los hombres ven pero sí eran fieles a lo que los hombres sueñan. De Poe [4] señala que «tiene el auténtico instinto del narrador. Conoce los pequeños detalles que contribuyen a crear o a destruir una historia. Sabe cómo resaltar el significado de una situación y dar vida y color a aquellos pormenores aparentemente irrelevantes». De Verne [5] le divierten sus científicos calvos y sus divertidos marineros de inquebrantable lealtad y señala cómo todas sus marionetas son atléticas y virtuosas.

Pero, como se nota en su correspondencia con Henry James [6], Stevenson sabía también apreciar bien otra clase de relatos de tipo más intelectual. Por un lado, es gracioso leer cómo, a un artículo de Stevenson en el que decía que todos los niños han buscado siempre tesoros enterrados, Henry James le replicó que él nunca había buscado ninguno, a lo cual Stevenson le volvió a contestar diciéndole que, en ese caso, es que él nunca había sido niño. Pero, por otro, es evidente cómo, en la producción final de Stevenson —podemos suponer que por influencia indirecta de James— los conflictos interiores de sus héroes están más desarrollados y cómo aumenta el autoanálisis que hace de su propia obra.