Los álbumes de Jolly Roger Bradfield [1], que no he conocido hasta hace poco, me han hecho pensar, por sus ilustraciones ricas en detalles y por el tipo de argumentos, en los álbumes de Sven Nordqvist [2]. De los cuatro que se han publicado últimamente, los mejores son El palo de hockey volador [3] y Pastel de crema de pepinillos [4], aunque también tengan gracia los otros dos: Un león de color lila [5] y Un perfecto caballero para dragones [6]. El autor pone su talento para el dibujo, su espíritu de observación, y su sentido del humor al servicio de unos argumentos simpáticos, que es siempre lo más importante para que una historia dure.