- Bienvenidos a la fiesta - https://bienvenidosalafiesta.com -

TINTÍN

Las aventuras de Tintín se desarrollan en ambientes familiares al lector de periódicos de la época en la que nacen: Rusia soviética, Norteamérica de Al Capone, tiempos de la Guerra Fría, crisis en Oriente Medio, vuelos espaciales…

Tintín tiene poco más de quince años, no envejece ni cambia, se desconoce su pasado, vive solo. Es un periodista de calle, curioso, que sabe de todo y entra en cualquier ambiente, siempre corriendo y siempre sereno, no dice chistes ni frases para la historia, su conducta es normal, incluso sosa. Al hacer periodista a Tintín, Hergé confiesa su visión romántica de esa profesión (recuérdese a Jolivet y Blount (Miguel Strogoff [1]), o a Gedeón Spillet (La isla misteriosa [2]), de VERNE [3], entre otros), y emplea un estereotipo de ayer y de hoy. Milú es su perro, un fox-terrier blanco, gruñón, comodón, inconsciente, valiente a veces, burlón, que sólo se entiende con su amo y dice de él lo que su modestia no le permite. Muchas veces es él quien desencadena la acción o quien protagoniza escenas cómicas.

Los demás personajes se van añadiendo según transcurren las aventuras y van cogiendo fuerza de álbum en álbum. Haddock es un tipo entusiasta, fogoso, de humor cambiante y lenguaje repleto de juramentos; tiene barba y pelo negros, gorra de marino y pipa; evoluciona y mejora pero sin cambiar: intenta controlar su amor a la bebida sin conseguirlo del todo. Silvestre Tornasol, un profesor distraído y torpe, un sabio universal que posee todo tipo de conocimientos, indefenso, tímido, bondadoso y sordo, con la inalterable serenidad del inconsciente. Hernández y Fernández son dos policías antihéroes paralelos y absurdos, cuyos atuendos y comportamiento simétrico no debe llamar a engaño: si fueran gemelos tendrían el mismo apellido. Además: la grandilocuente Bianca Castafiore, todo un personaje dickensiano; el flemático Néstor; el pelmazo Serafín Latón; el insoportable niño rico Abdallah… Y toda una galería de malvados: el hipócrita Rastapopoulos, el torturado Wolff, el equívoco Alcázar, etc.