Álbum de diseño extraordinariamente original, de los que gusta más a ciertos adultos que a muchos niños. Pero, sea como sea, es un libro magnífico, que se puede alinear con los de diseñadores de la época en que se publicó, como RAND [1], MUNARI [2], o LIONNI [3].
En él, de las figuras humanas sólo se ven pies o manos y las otras figuras que aparecen, como coches o árboles, se representan sintéticamente. La secuencia narrativa combina una primera parte donde vemos las comparaciones que hace Henri entre París y Reboul, según lo que sabe, y una segunda parte que sigue a Henri en su viaje. Supongo que los colores que usa el ilustrador —unos apagados naranja, verde, azul verdoso, rosa— responden a las posibilidades de impresión de la época.
El relato da un ingenioso giro a los relatos populares que —como El tesoro [4], de Uri SHULEVITZ [5]— de un modo u otro hablan de que, al final, lo que verdaderamente se ha de descubrir es la propia casa.
Más información: en la voz de wikipedia [6] hay datos del autor y en esta otra página [7] se pueden ver algunas de sus creaciones.