Dentro de la numerosa producción de la autora, su libro más representativo e imitado es Buenas noches, luna, saludado ya cuando apareció como un libro perfecto para los más pequeños. Pero The Runaway Bunny, uno de sus primeros libros y publicado en su momento bajo el nombre de Golden MacDonald, es también excelente pues muestra bien las ansias contrapuestas del niño de seguridad e independencia. En ambos casos queda clara su capacidad de crear un texto poético e intimista que resulta muy eficaz con el niño, porque recoge su misma perspectiva de las cosas y por su gran sonoridad. De todos modos, las sensaciones de afecto y confianza que transmiten estos libros deben mucho también al trabajo del ilustrador, que alterna dibujos a tinta con panorámicas a color de acuerdo con una cuidada planificación en busca de la máxima narratividad.
A Child’s Good Night Book, un álbum del mismo tema que Buenas noches, luna, va ilustrado con las figuras redondas y robustas características de Jean Charlot, un pintor muralista de gran categoría que dibuja con línea simple y sombrea con lápiz. Las ilustraciones en color suelen ocupar una página y el texto la página opuesta en blanco, con dos excepciones, al principio y al final, en las que la ilustración ocupa la doble página, y otras tres en las que la doble página lleva un texto enmarcado por dibujos en blanco y negro.
Otros álbumes: The noisy book [1], ilustrado por Leonard Weisgard [2]; El pájaro muerto [3], ilustrado por Christian ROBINSON [4]; Todos lo vieron [5], con fotografías de Ylla.