Ya que puse, no hace mucho, a Elena Fortún [1] y Celia [2], le toca el turno a su sucesora de los años cincuenta, Antoñita la fantástica [3], de Borita Casas [4]. Como se puede ver en el comentario, los quejosos de ahora pueden comprobar que ya entonces se lamentaban de ¡cómo estaba la juventud!