Hay libros aparentemente muy sencillos, pues a cualquier niño se le ocurren ideas así…, que son dificilísimos de conseguir, porque hay que recordar y expresar las ideas cuando uno es adulto y además hay tener mucho talento para ponerlas por escrito con acierto. Un ejemplo es El libro de las camas, de Sylvia Plath [1], del que se acaba de publicar una nueva y cuidada edición. A quien no lo conozca basta con decirle que es un ingenioso poema humorístico que fantasea sobre «camas de distintos tamaños» —«Camas de Bolsillo / y Camas Tanques / Camas Comedor / y Camas sobre elefantes»…— y «Camas para distintas cosas» —«camas que vuelan / o pueden nadar / que rebotan y saltan / o se pueden manchar»…—, camas sumergibles, camas Polo Norte, etc., con unas ilustraciones vivas y ágiles como cualquiera espera de Quentin Blake [2], que prolongan y expanden más todavía el buen humor del texto. Aquí hay otro comentario al libro [3].
Sylvia Plath. El libro de las camas (The Bed Book, 1976). Buenos Aires: Libros del Zorro Rojo, 2014; 32 pp.; ilust. de Quentin Blake; trad. de Marcial Souto; ISBN: 978-987-1948-45-1. [Vista del libro en amazon.es [4]]