Además de los relatos cortos de intriga policiaca protagonizados por el Padre Brown, [1] Chesterton [2] publicó más del mismo género aunque con otros héroes. La mayoría se reunieron en libros unificados bien por tener el mismo protagonista o bien porque distintos protagonistas ocupan el centro de casos similares. Pertenecen al primer grupo: El club de los negocios raros [3], El hombre que sabía demasiado [4], El poeta y los lunáticos [5] y Las paradojas de Mr. Pond [6]. Y al segundo: Cuentos del Arco Largo [7] y El Club de los incomprendidos [8] (o Cuatro granujas sin tacha). Además, hay relatos sueltos en El jardín de humo y otros relatos [9], que contiene cuatro casos publicados en torno a 1920: Los árboles del orgullo, El jardín de humo, El cinco de espadas, y La torre de la deslealtad. Aparte han de mencionarse otras recopilaciones de historias, unas que habían aparecido en artículos de prensa y luego fueron incluidas en libros, en vida del autor, y otras que habían sido publicadas en revistas en su momento y se han recuperado muchos años después, como es el caso del reciente Tratado elemental de demonología [10] y de Fábulas y cuentos [11].
El mismo hecho de que Chesterton multiplicase los casos del padre Brown frente a los de sus otros detectives indica la superioridad del personaje. Por un lado, su condición de cura justifica su presencia en toda clase de ambientes, altos o bajos; por otro, sus reales o aparentes extravagancias suenan más normales que las de distinguidos aristócratas, o altos funcionarios, o burócratas expertos, o poetas estridentes. Pero también podemos ver lo anterior al revés: hay ambientes donde no encajaría un personaje con el perfil del padre Brown y hay casos en los que su perspectiva no serviría. Y en este sentido, el de acercarnos a determinadas situaciones con otra mente, y no en el de unas técnicas detectivescas que siempre son más o menos parecidas, es en el que vale la pena conocer los demás relatos policiales de Chesterton.