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El despertar de la señorita Prim

El despertar de la señorita Prim, de Natalia Sanmartín Fenollera, es, aparte de un gran debut literario, un libro divertido e inteligente para personas de muy distinto tipo: distributistas y chestertonianos en general, entusiastas de Jane Austen [1], lectores de Dostoievski [2], seguidores de C. S. Lewis [3], gente preocupada por la educación que actualmente reciben los niños… Su protagonista es una bibliotecaria llamada Prim, Prudencia Prim, gran nombre. El relato comienza cuando acepta un trabajo singular en San Ireneo de Arnois, un pueblo pequeño: el de poner orden en la biblioteca de un personaje a quien sólo conocemos como «el hombre del sillón», un experto en lenguas muertas que ocupa su tiempo en educar a sus cuatro sobrinos con unos métodos pedagógicos propios.

La combativa y culta Prudencia pronto ve que los habitantes de San Ireneo proceden de muy distintos lugares, que todos tienen un pequeño negocio o un terreno de cultivo, que todos se apoyan en el comercio local y compran productos artesanales, por lo que, al fin, deduce que ha ido a parar a «una tranquila y pacífica comunidad de propietarios» que cabría llamar distributistas [4]. Ahora bien, los motivos por los que la gente ha ido allí son diferentes: unos, porque ya son mayores y desean una vida calmada; otros, porque piensan que «el estilo actual de vida (…) pulveriza la capacidad de reflexión humana»; otros más, porque «quieren proteger a sus hijos» y «recuperar el esplendor de la vieja cultura». Tal como le dice a Prudencia el sabio Horacio Dèlas, «uno no puede construirse un mundo a medida, pero lo que sí puede hacer es construirse un pueblo. Aquí todos pertenecemos, por decirlo así, a un club de refugiados».

El hilo argumental acaba siendo la mezcla de atracción y repulsión que Prudencia siente hacia «el hombre del sillón», con quien mantiene unas agudas conversaciones sobre muchas cuestiones. Pero, en los seis meses que dura su estancia en San Ireneo, también charla con otras personas e intercambia toda clase de opiniones, de sitios que hay que conocer, de recetas de cocina para compartir, y, en general, de modos de buen vivir. En realidad, todo está puesto al servicio de unos diálogos armados con cuidado pero tan trabajados que suenan frescos y naturales. La narración es fluida y amena aunque algunos lectores pueden encontrar excesivas las referencias literarias —desde los clásicos griegos hasta Mujercitas [5] y otros libros clásicos infantiles— y los muchos datos de distintos lugares del mundo.

Un tema del libro es el de la visión trascendente o no de la vida. La cita inicial del cardenal Newman «creen que añoran el pasado, pero en realidad su añoranza tiene que ver con el futuro», se corresponde con la «pesada sensación de nostalgia sobre los hombros» que sufre la protagonista y que, a su modo, intenta remediar. Cuando le pregunta a su jefe, un converso un tanto irritante y no siempre oportuno, por qué alguien tan racional como él habría decidido intentar convertirse, el hombre del sillón le replica: «Nadie intenta convertirse, Prudencia. (…) ¿Ha visto alguna vez a un adulto cuando juega a dejarse atrapar por un niño? El niño tiene la impresión de que ha sido él quien ha capturado al adulto, pero todos los que contemplan el juego saben perfectamente lo que ha ocurrido en realidad».

Y otro gran tema es el del matrimonio. Una impertinente anciana viuda le dice a la protagonista que debe abandonar las «absurdas teorías orientales sobre la armonía, el todo y las partes» y comprender que «la base de un matrimonio es, precisamente, la desigualdad» y que «no debe usted aspirar a un esposo igual que usted, debe usted aspirar a un esposo absoluta y completamente mejor que usted». Una vieja que le hace comentarios que le parecen pesimistas le aclara que «no hay centinelas pesimistas u optimistas, Prudencia. Hay centinelas despiertos y centinelas dormidos». Y es también ella la que le hace notar que sus ansias de encontrar la belleza quedarán en nada «mientras cuide de sí misma como si todo girara en torno a usted».

Natalia Sanmartín Fenollera. El despertar de la señorita Prim (2013). Barcelona: Planeta, 2013; 350 pp.; ISBN: 978-84-08-05987-5.