En abigarradas dobles páginas, cuya confección lleva meses de trabajo, en este primer libro y en los posteriores, Handford pone a Wally en distintos lugares y circunstancias, en situaciones tan dispares como batallas históricas o grandes superficies abarrotadas. Su personaje resultó un éxito mundial que desbordó las previsiones de su autor y de sus editores, y dio lugar a toda la parafernalia comercial habitual de objetos de consumo paralelos. En lo que se refiere a los libros, Wally evoluciona de ser un atolondrado a ser un viajero experto en escenarios laberínticos. Son libros-juego para despertar la capacidad de observación y estimular la curiosidad, quizá más apropiados para chicos algo mayores. Debe indicarse que Wally cambia de nombre según los países: se llama Walter en Alemania, Charlie en Francia, o Waldo en Norteamérica, en este caso seguramente debido a que Hilary KNIGHT [1] había usado diez años antes la misma fórmula en los Estados Unidos con ¿Where´s Wallace?