Muy buen relato sobre relaciones entre hermanos en el que se cuenta bien un momento en el que la mayor se da cuenta de que tiene que madurar. Es una narración corta, en tres capítulos breves, con una tipografía que, a veces, cambia para describir a Sadie y Ratz, o para mostrar el enfado de Hannah con Baby Boy. Tienen mucho peso las ilustraciones a carboncillo, que son unos dibujos sueltos sensacionales, que transmiten comportamientos y emociones con mucha eficacia. Está muy bien descrita la relación entre Hannah y Baby Boy, un niño que aprende pronto a echar las culpas de algunas cosas a Sadie y Ratz de forma que la castigada sea su hermana; también lo están las reflexiones que se hace Hannah y su decisión de mandar de vacaciones a Sadie y Ratz una temporada…; y la resolución es magnífica.
Otros libros: El burrito de plata [1]; el álbum ¡Baja gata! [2], con ilustraciones de Lucia Masciullo.