Los ilustradores, que a lo largo de su carrera han usado una gran variedad de medios y estilos en sus álbumes, utilizan en los álbumes citados acuarela con aerógrafo, pastel y tinta china.
En el primer caso logran unas imágenes con similitudes a los antiguos grabados en madera pero más ricas de detalles y colorido, y para cuya composición recortaron las figuras de los animales antes de aplicar la pintura. Al texto le añaden matices y elementos nuevos: acentúan la importancia de los animales más pequeños e incorporan a todas las escenas a un pajarito que observa lo que sucede. Además, este tipo de ilustraciones alegres y vivas parecen mucho más sugerentes y apropiadas, para un cuento acumulativo como éste, que unas realistas más o menos humorísticas.
La única historia que Ray BRADBURY [1] escribió expresamente para niños fue Switch on the Night, o Encender la noche. A una narración escrita con acentos sugerentes —el niño no tiene nombre, sus padres se denominan Padre y Madre—, los Dillon le han puesto unas imágenes inspiradas en escenarios imposibles tomados de M. C. Escher. Es un bedtime para leer y compartir con los más asustadizos, y con cualquiera.