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JANOSCH,

Janosch es un autor e ilustrador prolífico que suele contar historias disparatadas o de animales humanizados con las que busca nuevos enfoques y perspectivas de cuestiones ordinarias.

El hombrecillo de la manzana pertenece a su primera época, cuando en sus libros predominaba más la imagen que el texto. Sus ilustraciones, en la línea del expresionismo centroeuropeo, con la ingenuidad aparente de unas pinturas como las de los niños, le sirven para componer un relato sobre las ilusiones humanas y los deseos insatisfechos, a veces como consecuencia de la vida misma, y otras a causa de la torpeza o la maldad de otros…

En ¡Qué bonito es Panamá!, un libro que hizo de Janosch un autor popular y quizá el libro más representativo de su segunda época, las ilustraciones, lejos de cualquier estridencia, son coloristas y tienen un carácter más infantil, sin perder ni calidad en la composición ni sentido narrativo. Son también alegres y reconocibles, como corresponde a un texto con continuos toques de buen humor y muchos diálogos divertidos. Los mensajes de fondo son positivos y optimistas: el valor del hogar, al que terminan volviendo el osito y el tigre; el de la amistad que les permite superar las dificultades del camino; la importancia del camino mismo: si no hubieran emprendido su viaje, «no se hubieran encontrado ni al zorro ni a la Corneja. Y no se hubieran encontrado ni a la liebre ni al erizo. Y nunca hubieran sabido lo cómodo y blando que es un sofá de terciopelo».

Más libros

En varios libros con los mismos personajes de ¡Qué bonito es Panamá!, Janosch vuelve a los temas de amistad y convivencia de un modo parecido al de Arnold LOBEL [1] en su serie de SAPO Y SEPO [2]. Es el caso, por ejemplo, de:

—Vamos a buscar un tesoro (Komm, wir Finden einen Shatz, 1979). Madrid: Alfaguara, 2002, 2ª ed., 10ª reimpr.; 48 pp.; col. Infantil, amarilla; trad. de Ana Pérez; ISBN: 84-204-4845-1.

El pequeño oso y el pequeño tigre buscan la felicidad pensando que todo está en la riqueza, pero no encuentran ningún tesoro e, incluso, se pelean por su causa: al final descubren que el verdadero tesoro está en la amistad.

—Correo para el tigre (Post für den Tiger, 1980). Madrid: Alfaguara, 1987, 4ª reimpr.; 48 pp.; col. Infantil, amarilla; trad. de Ana Pérez; ISBN: 84-204-4845-1.

Osito se va a pescar y pequeño tigre le pide que le escriba una carta: así comienza un intercambio de cartas en el que poco a poco van participando todos los animales.

—Yo te curaré, dijo el pequeño oso (Ich mach dich gesund, sagte der Bär, 1985). Madrid: Alfaguara, 2003, 3ª ed., 3ª impr.; 48 pp.; col. Próxima parada Alfaguara, Amarilla; trad. de Regino García Badell; ISBN: 84-204-4834-6.

Cuando enferma el pequeño tigre, el pequeño oso lo cuida y se preocupa de que tenga todo lo que necesita para que se cure, hace que vengan sus amigos a visitarle, le lleva también al hospital…

En Janosch y la anarquía simpática [3], hay un comentario a otros relatos del autor, con acentos algo distintos, titulados Historia de Valek, el caballo, Valek y Jarosch y El tío Popoff se sube a los árboles.

Otro libro más es Todos mis patitos [4].

Bibliografía:
Ana Garralón. El osito que leía a Bukowski. Revista PEONZA, n. 57, VII.2001.