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FRAME, Janet

Relato que tiene algo de cuento infantil de descubrimiento del mundo al modo de Maya la abeja [1], de Waldemar BONSELS [2], y un poco de fábula para mayores y de cuento de maduración como El claro del bosque [3], de Marisa MADIERI [4].

La traducción española señala en cursiva las muchas veces que las palabras incluyen ant ( = hormiga) en su interior: unas hormigas «constantemente flipantes, exuberantes y fantásticas». El humor se deriva también de las observaciones propias de la vida cotidiana: Mona tiene todo un plan de estudios en el colegio con asignaturas como, por ejemplo, la «Higiene de los Conos Olfativos»; o se cuenta que al pequeño Nigel le regalan un día el libro «Aventuras en Antioquía, la historia de una joven hormiga que, de forma temeraria, desafió las Leyes internacionales de Fumigación viviendo en la cocina de un reactor».

No faltan los golpes de humor más intelectual: cuando Mona se pierde y encuentra a Bárbara le dice: «¿Adónde iré? Estoy perdida y nadie me ha encontrado»; a lo que Bárbara, con calma, le replica: «Yo no estoy perdida. Por lo tanto, te puedo encontrar. Si estuviera perdida, no podría encontrarte, porque primero tendría que encontrarme a mí misma».

Tienen gran viveza las descripciones ambientales: «Desde el pasillo le llegaba el bullicioso ir y venir de las hormigas que salían a trabajar o a comer, que iban a la guardería a cuidar de las hormigas pequeñas o a la cámara de los huevos a atender a las recién nacidas (…). ¡Cuántas carreras, prisas y murmullos! Mona se preguntaba dónde estaría Bárbara y qué estaría haciendo. ¿Habría salido por tercer día para trabajar en su camino? ¿Y dónde estaban el tío Pogo y Nigel?».

La historia de cualquiera

En su autobiografía, entre muchas otras cosas la autora habla de su formación literaria y del impacto que le causaron los cuentos de GRIMM [5] cuando era una niña: «Los cuentos de Grimm eran la historia de cualquiera vista de modo particular, con algo nuevo que se sumaba a las reglas ordinarias de la observación. En ellos hablaban los insectos y animales, como yo había presentido siempre, como había sabido que me hablaba el cordero que me miraba. Y cuando se prendían de mi pelo encrespado las moscas de los papeles que las atrapaban, y zumbaban y ronroneaban en mi oído, no había error posible en cuanto a lo que manifestaban en su desesperación».

Otros libros: Hacia otro verano [6].

Nota:
La autobiografía de la autora se titula Un ángel en mi mesa (An Angel at my Table, 1989; edición que reúne tres libros anteriores: To the Is-Land, 1982; An Angel at my Table, 1984; The Envoy from Mirror City, 1985). Barcelona: Seix Barral, 2009; 475 pp.; col. Biblioteca Formentor; trad. de Juan Antonio Gutiérrez-Larraya, Ana Mª de la Fuente y Elsa Mateo Edición; ISBN: 978-84-322-2839-1.