- Bienvenidos a la fiesta - https://bienvenidosalafiesta.com -

HARTE, Francis Bret

Harte, uno de los mejores cultivadores del cuento en EE.UU., marca el tránsito de los cuentos de POE [1] y de HAWTHORNE [2] a un tono y unos temas más realistas, aunque cae a veces en la sensiblería y en la teatralidad. Su especialidad son más los retratos que la acción, pero con sus relatos breves sobre la vida californiana, en los que suele dar la visión del forastero que llega a un mundo que le parece salvaje, contribuye a «fijar» imágenes y a crear la moderna novela de aventuras del Oeste: ciudades de los pioneros, inseguros viajes en diligencia, el sentido de la justicia en aquellos lugares lejanos…

Los relatos de la primera selección contienen magníficos textos descriptivos de paisajes y de personajes, comparten unos acentos irónicos y, a la vez, compasivos hacia los desamparados o despreciados por la sociedad, normalmente prostitutas o jugadores, que siempre acaban mostrando su buen corazón en momentos críticos. Y lo mismo se aprecia en Bloqueados en la nieve, novela un poco más larga que sus relatos habituales, donde Harte describe vastos horizontes «bajo el sol deslumbrador que hacía brotar chispas de la pizarra y el granito», dibuja bandidos que nunca cometieron una bajeza y nunca roban a los más pobres, habla de gentes que viven en casas preparadas para invasiones rápidas y huidas fáciles… Naturalmente, se nota su característico sentido del humor irónico y melancólico: «El acto criminal que queríamos castigar no era […] sino una manera audaz e irregular de recobrar el bien robado», dirá Hale cuando comprenda las cosas bien.

Hombres buenos o que imaginan serlo

En Varied Types [3], Chesterton [4] hace un comentario sobre Bret Harte que abre indicando que fue americano y humorista pero que no fue un humorista típicamente americano: hace una serie de disquisiciones acerca de los distintos tipos de humor local e indica que el humor norteamericano es exagerado, mientras que Harte cultiva un humor analítico. Señala también que tuvo el don de reírse de las cosas y de reírse con ellas y que su gran triunfo consistió en que se dio cuenta de que las personas normales no se acaban convirtiendo en seres desalmados y cínicos sino que más bien llegan a ser gente sentimental y romántica. El ensayo de Chesterton termina con un comentario que bien pudiera estar en el origen de Un hombre bueno es difícil de encontrar, uno de los cuentos más famosos de Flannery O’Connor [5]: en el lugar más salvaje y áspero de la tierra, Bret Harte vio con claridad que, aunque sea muy difícil encontrar un hombre verdaderamente bueno, es más raro todavía, raro hasta el punto de la monstruosidad, encontrar un hombre que no desee ser bueno o que no imagine que lo es ya.