Los Rand compusieron sus tres primeros álbumes para su hija pequeña y, con ellos, irrumpieron en el mundo de los álbumes para niños los símbolos y recursos gráficos propios de la publicidad, además del arte moderno que también introduciría por las mismas fechas Leo LIONNI [1]. Sus libros son valiosos por eso en primer lugar, pero también lo son por el cuidado en todos los detalles de su confección, y porque desbordan talento y simpatía.
En 1956, cuando su hija tenía tres años, publicaron Sé muchas cosas, que es el menos conseguido pues tiene figuras que pueden resultar poco reconocibles para un niño, además de la discontinuidad que impone un texto coloquial y rítmico pero un tanto caótico.
El segundo, Chispas y cascabeles, preparado al año siguiente, es un álbum más logrado pues en él el ilustrador ya no usa formas discutibles sino más bien colores, y se puede decir que también el texto tiene más orden.
El tercero y más conseguido fue El pequeño 1, un álbum que sigue siendo hoy una referencia en su subgénero, porque su categoría gráfica está puesta al servicio de un argumento inteligente y claro, contado además con versos divertidos y sonoros.
Listen, Listen!, con texto en verso como los anteriores, tiene una perspectiva coherente pues los autores sólo intentan dirigir la atención del niño hacia los sonidos y procurar reflejar distintos sonidos gráficamente permite al ilustrador desarrollar todo su ingenio.
Se puede destacar también la particularidad de que los autores adoptaron ante los lectores niños la postura honrada de quien, sin dejar de ser él mismo, se pone en cuclillas para intentar enseñar cosas de modo amable y divertido, y procurar transmitir un modo fresco e ingenioso de mirar alrededor.
Las ediciones españolas que se mencionan, publicadas nada menos que cincuenta años después de la primera edición en inglés, están bien traducidas y editadas con esmero: desde la composición de los créditos editoriales hasta la elección del papel.