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WILLEMS, Mo

En los álbumes protagonizados por la paloma cada escena contiene un dibujo minimalista muy expresivo, con anchas líneas negras de contorno y sombras en azul y amarillo, y donde lo más característico de la paloma son dos grandes ojos redondos. Por su capacidad de presentar sentimientos de modo tan sintético, tanto gráficamente como en el contenido de su historia, podemos ver al autor como un discípulo aventajado en la escuela de su admirado Charles SCHULZ [1]. En su caso confiesa que la opción de usar dibujos bidimensionales en alguien que, como él, es un creador de dibujos animados, tiene su razón de ser, además de que así se pueda lograr un enfoque más claro y más concentración expresiva, en que si se planteara realizar un dibujo tridimensional inmediatamente pensaría en usar un programa de animación en 3D.

El primer álbum refleja bien un aspecto del comportamiento manipulador de algunos niños cuando se han encaprichado con algo. Atrae a los adultos por su calidad gráfica y por su forma inteligente y amable de presentar las travesuras infantiles como, por ejemplo, lo hace ¡No, David! [2] de David SHANNON [3]. Atrae a los niños porque pueden verse reflejados, a sí mismos o a sus compañeros, en su modo de reaccionar cuando se les niega un capricho. A la vez, como ellos también dirían que no a la tramposa Paloma, les sirve para comprender a sus padres cuando les niegan algo. El golpe final, semejante por ejemplo al de Pato va en bici [4], también de David Shannon, es excelente.

El segundo álbum aplica la misma fórmula, gráfica y argumental, pero el autor ha forzado el mensaje y resulta más artificial. Con todo, es igualmente simpático.

Los álbumes de Knuffle Bunny y Trixie —inspirada en la hija del autor, que se llama igual—, muy distintos en su confección a los anteriores, se basan en relatos de argumento simpático y realista, y tienen unos personajes bien caracterizados. Es notable la composición gráfica: sobre fotografías en blanco y negro —de casas y calles de Nueva York, de interiores de la lavandería o del colegio— aparecen las figuras dibujadas de los protagonistas. Las palabras, a veces, van en globos de texto. Las historias se cuentan con bastantes pormenores y en ambas hay guiños a la caprichosa paloma de los álbumes previos del autor.

Otros álbumes:
—de la serie Elefante y Cerdita: ¿Puedo jugar? [5], ¡Estamos en un libro! [5], ¡Hoy voy a volar! [6], Mi amigo está triste [6], ¡Mira cómo lanzo la pelota! [7], ¿Y si comparto mi helado? [7];
—de la serie de La paloma: ¡La paloma necesita un baño! [8], No dejes que la paloma se acueste tarde.