Un álbum ya desaparecido del mercado, que cité días atrás, y que es de los que fuerzan al lector a pasar la página de una forma tan elemental como brillante, fue ¿De quién es este rabo? [1], de Barberis [2]. (Entre paréntesis se puede anotar que «rabo» es una palabra clave para una clasificación temática de álbumes.)