Muchos libros infantiles y juveniles presentan personajes niños que afianzan su personalidad entre adultos que no prestan atención a lo que les ocurre como, por ejemplo, Lili, libertad [1]. Otro relato que refleja lo mismo, aunque la dificultad de la protagonista sea distinta, es Quiero ser la que seré [2], de Silvia Molina [3], sobre una niña cuyo entorno tardó tiempo en comprender sus problemas de dislexia.