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Los artistas cuidadosos y bien educados

Algunos escolios [1] de Nicolás Gómez Dávila sobre artistas y escritores.

Sobre los artistas:

—«Como el acierto estético no depende del artista, ninguna intención del artista lo mancha».

—«Si el artista es del partido del diablo, cada vez que acierta traiciona».

—«Los defectos del artista que se resigna a sus cualidades acaban volviéndose invisibles».

—«El artista auténtico trabaja con mentalidad de artesano».

—«Artista clásico es el que prefiere la perfección a la originalidad».

—«El simple talento es en literatura lo que las buenas intenciones en conducta. (…)»

Sobre el escritor bien educado:

—«El escritor bien educado trata de ser claro.
Pero no achaquemos siempre nuestra ineptitud a su mala educación. Explicar, en vez de aludir, supone desprecio al lector».

—«El escritor bien educado trata de limitarse a lo necesario».

—«El auténtico escritor no busca la perfección por vanidad, sino por cortesía con el lector».

—«El que anhela influir es prolijo.
La brevedad es indicio de respeto al lector».

—«Mientras menos adjetivos gastemos, más difícil mentir».

Sobre el escritor cuidadoso:

—«El escritor procura que la sintaxis le devuelva al pensamiento la sencillez que las palabras le quitan».

—«Desconfiar de la inspiración y confiar en el trabajo, como Baudelaire y Flaubert, no es sucumbir al orgullo, sino someterse a las condiciones de la gracia.
Como el místico a la mortificación ascética».

—«El escritor capaz de ver con claridad lo concreto circula ileso entre las ideas estúpidas».

—«Clásico es el escritor a quien le basta nombrar el objeto para hacérnoslo ver».

O sobre la escritura cuidadosa:

—«La lentitud es la matriz de la calidad».

—«O la metáfora es irremplazable circunloquio o es vicio de dicción».

—«Al texto que dejamos reposar se le desprenden solas las palabras sobrantes».

—«Para escribir bien hay que decidirse a desbordar con tacto el diccionario del idioma en el cual escribimos».

—«La frase perfecta es la que logra con menos gestos señalar más rumbos».