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Confusión mental

Advertía Chesterton [1] con frecuencia contra la confusión mental, y luego el daño social, que causa el mal uso del lenguaje. Decía que es un planteamiento equivocado el de pensar que la lengua ha de usarse por motivos prácticos. Si fuera así podría ser más eficaz relacionarnos con dibujos. No. El lenguaje, en su forma escrita, existe sobre todo con el propósito de sugerir matices de pensamiento y de iniciar asociaciones de ideas. El lenguaje existe con esa finalidad completamente poética y emocional. Para ese fin toda palabra es importante. Para ese fin cada letra en cada palabra es importante. Las letras son importantes porque componen el color y la cantidad reconocibles de la palabra. No es un accidente que la misma palabra literatura tenga un significado que la conecta con el alfabeto. No es un accidente que cuando hablamos de un hombre que se dedica a la literatura nos refiramos a él cómo un “hombre de letras”.

Usar bien las palabras es darle a cada una su significado propio. Cuando alguien elogia la moralidad de alguien porque se comporta elegantemente según estándares de la clase alta, está confundiendo irracionalmente distintos planos. Esto se ve también en cuestiones de convicciones políticas o morales, cuando los proteccionistas son denominados «comerciantes libres», cuando los monárquicos se presentan como «verdaderos republicanos», o cuando a unos paganos se los llama los «auténticos cristianos». Se ve, por ejemplo, cuando se atacan los puntos de vista de alguien y la respuesta es que tal persona es magnífica, bondadosa y compasiva. Pero las palabras significan cosas: no se nos ocurre decir que Suiza es una isla debido a que está llena de espléndidas montañas, no podemos entendernos a base de palabras típicas del nonsense como snark o boojum.

G. K. Chesterton. El primer párrafo es de «Cockney Humourists and London – Mr. Carnegie and Spelling Reform», The Illustrated London News, artículo del 15 de septiembre de 1906, Collected Works, volume XXVII [2]; el segundo es de «Being True to Oneself», The Illustrated London News, artículo del 14 de agosto de 1909, Collected Works, volume XXVIII [2]. Versiones mías libres.