No es fácil encontrar un nuevo libro de poesías infantiles realmente divertidas y con calidad, y menos aún que funcione magníficamente como álbum ilustrado. Pero sí existen: véase Chamario [1], de Eduardo Polo [2].
No es fácil encontrar un nuevo libro de poesías infantiles realmente divertidas y con calidad, y menos aún que funcione magníficamente como álbum ilustrado. Pero sí existen: véase Chamario [1], de Eduardo Polo [2].