En los últimos meses son muchos los que han hablado bien, con buenos motivos, de Se acabó el recreo, una novela de Darío Ferrari. No diré muchas cosas: aconsejo leer esta reseña, muy completa [1]. Tiene mucho de novela de ambiente universitario, podríamos decir que también de novela de maduración —o de descubrimiento de uno mismo y de los errores de juicio que solemos cometer en la juventud—, y de relato testimonial sobre la vida de unos años en Italia.
Su argumento se podría resumir diciendo que tiene una primera parte divertida, irónica, costumbrista, sobre la vida mediocre del narrador y protagonista, y sobre la vida universitaria en la que se introduce. En una segunda leemos los resultados de una investigación biográfica del protagonista sobre un escritor de hace pocas décadas acerca del que le han indicado que escriba su tesis. En la tercera parte, terminada su investigación, el héroe vuelve de París a su ciudad y, a la vista de sus descubrimientos, se replantea su vida.
El narrador lanza ironías continuas en cualquier dirección. Así, diferencia entre «reírse con jes de un chiste refinado y con jas de uno más ordinario»; o señala que el asiento del autobús regional «tiene el olor ya familiar de estratificaciones sebáceas multigeneracionales». Abundan las relativas a la vida universitaria: «no citar es un arte mucho más sutil y delicado que citar, pero no menos importante»; «casi nadie lee los artículos que les envían, para eso se inventaron los abstract, los resúmenes, pero casi siempre se hojean las notas y se lee la bibliografía: ahí está todo lo que necesitas entender»; «el artículo es un insignificante apéndice de sus notas: solo los simplones creen lo contrario».
El narrador es un maestro de las enumeraciones como esta, en la que habla de su novia: «Letizia prodiga nombres, expone acontecimientos, vivisecciona relaciones, recoge extractos de conversaciones, sopesa proyectos…». O como esta, en la que da las razones extraculturales por las que se escriben y publican la mayoría de los artículos: «simplemente para agregar masa crítica, añadir una entrada al currículum, sumarse a un volumen en homenaje a alguien, crear una relación con el grupo que dirige una revista, dar sentido a una beca de investigación, producir un equivalente concreto para un trabajo que de otro modo no sería cuantificable, obtener puntos para una habilitación nacional o, en un número no despreciable de casos, por mera vanidad»…
Darío Ferrari. Se acabó el recreo (La ricreazione è finita, 2023). Barcelona: Libros del Asteroide, 2025; 400 pp.; trad. de Carlos Gumpert; ISBN: 978-8410178441. [Vista del libro en amazon.es [2]]