Robert Louis Stevenson [1] hablaba de un tipo de satírico al que «le basta con saber que las cosas no son lo que parecen, y de ello deduce que no existen en absoluto. También advierte que nuestras virtudes no son lo que pretenden, y por eso nos niega la posesión de toda virtud. Ha aprendido la lección según la cual no hay hombre enteramente bueno: pero ni siquiera sospecha que existe otra igualmente verdadera, a saber, que ningún hombre es enteramente malo. (…) Posee un olfato infalible para el mal, pero tiene las fosas nasales taponadas contra la bondad».
Robert Louis Stevenson. Ensayos literarios.