Ping es un médico al que las insidias de un envidioso colega obligan a huir. Se refugia en un convento de bonzos, donde conoce a Kay, un joven bonzo que se convierte en su ayudante. Es secuestrado por unos bandidos de las montañas. Capturados éstos, se gana la confianza del gobernador y, gracias a él, accede al emperador, que se ocupa de que se le haga justicia.