En un pueblo de la Francia ocupada por los alemanes, Walter von Ebrenac, un oficial alemán, se aloja en una casa habitada por un anciano y su sobrina. Éstos no hablan al alemán que, sin embargo, con gran respeto, cada noche les va manifestando sus inquietudes y esperanzas: con ingenuidad de artista, piensa que de la guerra saldrá un beneficio, que la unión entre Alemania y Francia será fecunda… «Estoy contento de haber encontrado aquí a un anciano digno. Y a una muchacha silenciosa. Será necesario vencer ese silencio. Será necesario vencer el silencio de Francia. Eso me agrada». Pero llegará un momento en que von Ebrenac se dará cuenta de la falta de fundamento de sus esperanzas.