Redactada en los años sesenta, pero publicada mucho más tarde, quizá sea la obra de la autora que tiene más vigencia. Tiene una prosa viva y rica que respira entusiasmo y con la cual María Teresa León reconstruye diálogos y dibuja escenas que pudieron inspirar a Cervantes algunos pasajes de Don Quijote. Cualquiera que conozca la obra de Cervantes sin duda la disfrutará.