La estancia de Dolittle en el país africano de Fantippo, gobernado por el rey Koko, será recordada como la Edad de Oro de su historia. Dolittle recurre a los animales, entre otros a la golondrina Rauda y al gorrión londinense barriobajero Baratorio, para realizar en muy poco tiempo grandes mejoras en el correo, las comunicaciones, la navegación, la educación y el progreso general del país.