Un cocodrilo, «siempre que pasaba algún animal» cerca de su charla, le decía: «¡Eh, tú! Ven a jugar conmigo!». Algunos picaban pero otros no. Y un día llega un elefantito muy contento…
Un cocodrilo, «siempre que pasaba algún animal» cerca de su charla, le decía: «¡Eh, tú! Ven a jugar conmigo!». Algunos picaban pero otros no. Y un día llega un elefantito muy contento…