Relatos chispeantes, basados en el desarrollo coherente del punto de partida: una fantasía o un temor o un deseo que un niño puede tener, o una excusa o una huida con la imaginación con la que un niño intenta evadirse de una realidad molesta. Por eso el narrador empieza diciendo que sus historias tratan de niños con poderes extraordinarios, según se las han contado a él los maestros. Y, continúa Yak Rivais, ya se sabe que los maestros, como los mayores en general, no saben mentir. Comenzando con esta puntada contra el mundo adulto, el autor hace un despliegue de ingenio, sentido del humor basado muchas veces en juegos de palabras y también en un buen conocimiento de la psicología de los chicos, no en vano sus historias tienen su origen en su experiencia como profesor. Por eso, igual que los dedos abrecerraduras de Aurelia, la niña que abría todas las puertas, sirven para entrar y asomarse a los mundos imaginativos de los niños y las niñas.