Mary Higgins Clark obtuvo su primer éxito con ¿Dónde están los niños? (Where are the children?, 1975), que también trata sobre niños que desaparecen en manos de un psicópata y una madre lógicamente más que angustiada. Dentro de sus novelas sobre vidas amables turbadas por la irrupción de personajes extraños, donde hay mínimos presagios y mínimos recuerdos que son la clave para terminar aclarando las cosas, donde abunda la generosidad de unas buenas personas hacia otras, Noche de Paz resulta un thriller sencillo, y más creíble de lo habitual. El modo de narrar es entrecortado, visual, en busca de poner al lector en la mente de los protagonistas. El ritmo es trepidante, el tono de cariño familiar y de inquietud por los sucesos que viven los Dornan está conseguido. El narrador multiplica los símbolos y saca partido a los aspectos sentimentales de la trama: la solidaridad de todos en el día de Nochebuena, la ingenua y sólida fe de un niño pequeño en la intercesión de San Cristóbal…, premiada cuando acaba siendo rescatado por un policía llamado Chris.